La teoría polivagal es una perspectiva revolucionaria en la neurociencia que ha ganado mucha atención en los últimos años, principalmente en el campo del trauma psicológico.
Esta teoría sugiere que el sistema nervioso autónomo es mucho más complejo de lo que se creía anteriormente y que, además de regular nuestros estados internos, también está estrechamente relacionado con nuestra capacidad para sentir y regular las emociones.
La teoría polivagal fue desarrollada por el Dr. Stephen Porges y se basa en la idea de que el sistema nervioso autónomo no es simplemente una entidad binaria que se divide en el sistema nervioso simpático (que se encarga de activar las respuestas de lucha o huida) y el sistema nervioso parasimpático (que se encarga de activar la respuesta de descanso). En su lugar, el sistema nervioso autónomo está formado por tres sistemas interconectados, cada uno de los cuales se activa en diferentes situaciones y, que filogenéticamente se han ido desarrollando en el siguiente orden:
- Sistema nervioso parasimpático dorsal: Este sistema tiene más de 600 millones de años y tiene su origen en las primeras especies de peces vertebrados. La principal función de este sistema es la inmovilización, la conservación de energía y la paralización. Es decir, cuando nuestro sistema percibe una amenaza para nuestra vida y nos sentimos indefensos o desesperados y las respuestas de lucha o huida no han sido efectivas o no se pueden poner en marcha, este sistema nos ayuda a desconectarnos del mundo exterior mediante la disociación, la pérdida de consciencia o el colapso.
- Sistema nervioso simpático: Este sistema tiene alrededor de 400 millones de años y se activa cuando estamos bajo situaciones de estrés o de peligro. La activación de este sistema nos ayuda a luchar o huir de la situación, por lo que genera cambios fisiológicos importantes en nuestro organismo como, por ejemplo, aumentar el ritmo cardíaco y las pulsaciones, la dilatación de las pupilas, la inhibición del sistema digestivo o la liberación de glucosa, entre otros.
- Sistema nervioso parasimpático ventral: Este sistema tiene alrededor de 200 millones de años y solo existe en los mamíferos, sobre todo los más sociales. Este sistema se activa cuando nos sentimos seguros y tranquilos, y su función principal es fomentar las conductas sociales y de apego.
Es importante recordar que nuestro sistema nervioso está al servicio de nuestra supervivencia, por lo tanto, cada respuesta que damos, independientemente de si es congruente o no con la situación que estamos viviendo, biológicamente siempre tiene sentido. Nuestro sistema nervioso autónomo no juzga que es bueno o malo, sino que trata de gestionar todo lo que puede resultar peligroso y buscar la seguridad.
Esquema representativo de los tres sistemas que componen nuestro sistema nervioso autónomo según la teoría polivagal
¿Cómo se aplica la teoría polivagal en la práctica clínica?
La teoría polivagal es particularmente relevante en la práctica clínica, ya que, por una parte, puede ayudar a los profesionales de la salud mental a entender y comprender mejor las respuestas que sus pacientes dan ante determinadas situaciones y, en consecuencia, ayudarlos a desarrollar recursos y estrategias más efectivas que los ayuden en su regulación emocional.
Por otro lado, la teoría polivagal también es de gran utilidad para los pacientes, porque una vez entienden y comprenden por qué reaccionaron y siguen haciéndolo de una manera determinada ante diferentes situaciones, les ayuda a disminuir ciertos sentimientos que los hacen sentir mal, entre los más comunes, la culpa y la vergüenza. Asimismo, una vez los pacientes aprenden a identificar en qué estado se encuentran y cuentan con los recursos y estrategias adecuados, pueden aprender a autoregularse para volver a un estado de calma y seguridad.
Ana Moreno-Alcázar