Dolor neuropático

¿Qué es el dolor neuropático?

El dolor neuropático suele describirse como un dolor punzante o ardiente. Puede desaparecer por sí solo, aunque en la mayoría de las ocasiones suele ser crónico. A veces es agudo e intenso, y otras veces aparece y desaparece. Suele ser el resultado de una lesión nerviosa o de un mal funcionamiento del sistema nervioso.

Causas del dolor de cuello

Enfermedades relacionadas con el dolor neuropático

La neuropatía es una alteración de la función o un cambio en uno o varios nervios. La diabetes es responsable de alrededor del 30% de los casos de neuropatía, sin embargo, existen otras enfermedades relacionadas con este tipo de dolor como, por ejemplo:

  • Alcoholismo.
  • Diabetes.
  • Problemas del nervio facial.
  • Infección por VIH o SIDA.
  • Trastornos del sistema nervioso central (accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, etc.)
  • Síndrome de dolor regional complejo.
  • Herpes zóster (El dolor que continúa una vez finalizado el herpes zóster se denomina neuralgia postherpética).

Otras causas que pueden provocar dolor neuropático son:

  • Fármacos de quimioterapia
  • La radioterapia.
  • Amputación, que puede causar dolor del miembro fantasma.
  • Compresión o inflamación del nervio espinal.
  • Traumatismos o cirugías con daños en los nervios.
  • Compresión nerviosa o infiltración por tumores.

¿Qué síntomas tiene el dolor neuropático?

El dolor neuropático puede presentar muchos síntomas. Estos síntomas incluyen:

  • Dolor espontáneo (dolor que aparece sin estimulación): Dolor punzante, ardiente, punzante o similar a una descarga eléctrica; hormigueo, entumecimiento o sensación de «pinchazos».
  • Dolor evocado: Dolor provocado por estímulos normalmente no dolorosos, como el frío, el roce suave de la piel, la presión, etc. Se denomina alodinia. El dolor evocado también puede significar el aumento del dolor por estímulos normalmente dolorosos, como los pinchazos y el calor. Este tipo de dolor se denomina hiperalgesia.
  • Una sensación desagradable y anormal, ya sea espontánea o evocada (disestesia).
  • Dificultad para dormir y problemas emocionales debidos a la alteración del sueño y al dolor.
  • Dolor que puede disminuir en respuesta a un estímulo normalmente doloroso (hipoalgesia).

Tratamiento

Nuestra técnica no invasiva tDCS puede utilizarse como tratamiento único en función de la dolencia a tratar y la gravedad de la misma en combinación con otros tipos de tratamientos que el paciente esté llevando a cabo, como el farmacológico, el fisioterapéutico y/o el psicológico, entre otros. 

Al finalizar su tratamiento personalizado, la mayoría de pacientes sienten un alivio de sus síntomas y una mejora de su calidad de vida.

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